Existe un mito que los procedimientos estéticos no pueden realizarse en verano, por lo cual en esta ocasión conversaremos sobre algunos mitos, y trataremos de derribarlos.
Aclarando algunos puntos
Es cierto que las temperaturas elevadas y la exposición al sol causan inflamación e irritación de la piel, acelerando (sobre todo la exposición indiscriminada al sol) el envejecimiento y favoreciendo la aparición de manchas en la piel. Pero este riesgo ocurre siempre, independiente de los meses mas frescos. Es por eso que se sugiere ocupar durante todas las estaciones del año filtros solares.
Sin embargo, la exposición controlada y por intervalos cortos de tiempo al sol trae muchos beneficios, sobre todo la producción de Vitamina D, la cual es esencial para nuestro metabolismo y la adecuada absorción de calcio. Es por esto que el verano no impide que nuestros pacientes puedan realizarse ciertos tratamientos o cirugías, siempre y cuando se extremen las precauciones y tengan un especial cuidado de la zona tratada.
¿Qué tratamientos estéticos no aconsejamos que se realicen en verano?
Todos aquellos tratamientos que impliquen un cambio en la piel son los que hay que evitar, como los peelings o tratamientos con laser CO2. Tampoco es aconsejable realizar tratamientos en zonas visibles que impliquen la aparición y curación de cicatrices.
Por otro lado, en la realización de tratamientos para la eliminación de varices también hay que tener en cuenta la exposición solar y los ambientes con calor muy intenso. Al ser venas que se dilatan, hay que tener un cuidado especial debido a que las altas temperaturas provocan una mayor dilatación de las mismas.
¿Qué tratamientos se pueden seguir realizando en verano?
Los tratamientos para combatir las arrugas dinámicas (o de expresión), que son aquellas que aparecen por la repetición de movimientos faciales.
Rellenos con ácido hialurónico, teniendo en cuenta que hay que evitar la exposición solar mínimo hasta los 4 días desde su aplicación, evitando así activar la inflamación. La mesoterapia facial es un tratamiento mínimamente invasivo que consiste en aplicar una gran cantidad de inyecciones muy pequeñas de antioxidantes, vitaminas y minerales que son colocadas debajo de la superficie de la piel. Por ello, es conveniente llevar cuidado con la aparición de hematomas y protegerlos bien de los rayos ultravioleta.
CIRUGÍA FACIAL Y CORPORAL
En el caso de la cirugía plástica, hay que llevar mucho cuidado la primera quincena después de la intervención, ya que hay que cuidar muy bien la zona y esperar a que baje la inflamación.
Lo ideal en estos casos es evitar la exposición solar al menos entre unos 3 y 6 meses, no obstante, extremando las precauciones y utilizando complementos para cubrir correctamente la zona tratada, no habría ningún problema para su realización.
En el caso de las cirugías faciales, vamos a hablar de la blefaroplastia, una excepción de todo lo que hemos hablado anteriormente. Es una intervención puede corregir la caída de los párpados superiores y las bolsas de los inferiores, características que nos hacen parecer mayores y más cansados de lo que somos y que, en los peores casos, pueden interferir con la visión. Gracias a las gafas de sol, un gran aliado de estas cirugías, los pacientes prefieren realizarse este tipo de intervenciones en la época de primavera y verano.
Por otro lado, en el caso de las cirugías corporales también se pueden realizar extremando las precauciones, a pesar de que en invierno llevar las prendas compresivas que se utilizan durante el postoperatorio, resulta más cómodo y fácil de disimular. Para su cuidado, como hemos mencionado anteriormente, hay que cubrir bien las cicatrices y hematomas con prendas de ropa y protección solar.